Las “relaciones humanas afectivas” es un concepto que incluye la
amistad, las relaciones de pareja y familiares, y está muy relacionado con las
emociones positivas.
Las relaciones afectivas humanas son la principal fuente de
felicidad de las personas. De hecho, puede decirse que no hay nada capaz de
hacer tan feliz (o desgraciado) a un ser humano como la relación afectiva con
otros seres humanos (incluido él mismo). Y también cabe decir que nuestro
estado de ánimo cotidiano suele depender crucialmente del estado en que se
encuentren nuestras relaciones afectivas.
Las relaciones afectivas resultan fundamentales para desarrollarnos
como seres humanos, conforman el andamiaje en que se apoya nuestro desarrollo
evolutivo, suponen el apoyo fundamental para lograr la independencia
psicológica en la adolescencia, nos acompañan a lo largo de toda la vida,
constituyendo el fundamento de la red psicosocial en que vivimos y, finalmente,
son lo más valorado al llegar a la tercera edad y vislumbrar el final del
camino.
Más aún, cabe decir sin exagerar que las relaciones afectivas con
los demás son lo que realmente da sentido a la vida. Múltiples estudios han
demostrado que las personas más felices son las que tienen muchas relaciones
sociales y entregan su vida a los demás. Tal como decía la filósofa Hannah
Arendt “somos seres para los otros”. Es decir, el sentido de la vida lo
encontramos a partir de nuestras relaciones afectivas con los otros. Por eso,
la única razón por la que, en un determinado momento, estamos dispuestos a
entregar nuestra vida es para ayudar a otros.
Frente al tópico de que los seres humanos somos egoístas por
naturaleza, está la evidencia de que lo que más nos motiva es querer y ser
queridos desinteresadamente por los demás (Seligman, 2002). No cabe duda de que
la emoción más positiva que podemos sentir los seres humanos es la de estar
vinculados afectivamente a los demás.
Hoy en día, las investigaciones científicas de las Ciencias
Sociales, en general, y de la Psicología en particular, están ofreciendo un
indiscutible y abrumador apoyo empírico a esa vieja idea. Esto quiere decir que se está demostrando que querer a los demás es la
mejor manera de lograr la felicidad propia.
“Emociones Positivas”
Enrique G. Fernández-Abascal
Cap. 17 La amistad: una
perspectiva desde la psicología positiva
0 comentarios :
Publicar un comentario