Los profesionales de Trauma Aragón http://www.traumaaragon.com/, del Instituto Avanzado de Psicología Integral (IAPI) www.iapi.es y de Los Pueyos http://fundacionvirgendelpueyo.blogspot.com.es/ se unen para formar un equipo multidisciplinar destinado a la prevención, el desarrollo, la intervención y rehabilitación integral de personas con diferentes trastornos, enfermedades o lesiones, así como a la atención de sus familiares y cuidadores.


jueves, 11 de diciembre de 2014

¿POR QUÉ TENEMOS HAMBRE? Resolviendo incógnitas...

EL HAMBRE, ¿ALGO TAN SENCILLO COMO PARECE?
¿Por qué tenemos hambre? ¿Crees que siempre comes lo que realmente necesitas?
 
Recuerda las veces en las que has dicho o pensado “¡tengo un hambre que me muero!”. En estas ocasiones, en las que nos hemos visto todos rebuscando en la nevera, lo que nos ocurre sin darnos cuenta, además de otros muchos procesos, es la denominada Hipótesis glucostática de Mayer (1955). Dicha hipótesis explica que la disminución de glucosa en sangre es una alarma que nuestro cuerpo utiliza en forma de apetito para  llevarnos a la conducta de comer, y así, asegurar nuestra supervivencia restableciendo el déficit detectado en nuestro organismo.
 
Pero realmente, el director de la orquesta de este musical, que recibe toda la información y se encarga de avisarnos de que tenemos que comer, es nuestro cerebro, más concretamente nuestro hipotálamo. De hecho, en la experimentación con animales, se ha observado que si se lesionan los núcleos del mismo se provocan problemas como la  afagia (severa inapetencia hasta la muerte), hiperfagia (obesidad) y alteraciones en la palatabilidad de los alimentos (lo que sabe mal sabe mucho peor y lo que sabe bien sabe mucho mejor).
 
Pero realmente, lo que comemos o cuándo y cómo comemos  no sólo responde solo a cuestiones fisiológicas.
 
 
¿Por qué nos atraen más los alimentos dulces y salados y rechazamos los amargos y ácidos? Aunque no suene bien, los dolores de tripa  de nuestros antepasados han contribuido a la construcción de nuestros gustos culinarios.  El ser humano se ha condicionado, a lo largo de su evolución, a preferencias y aversiones funcionales, para asegurar su supervivencia evitando alimentos posiblemente tóxicos y perjudiciales (alimentos amargos y ácidos) e ingiriendo alimentos nutritivos y beneficiosos (dulces y salados).
 
La mayoría conocemos el concurso televisivo en el que varios sujetos intentaban sobrevivir en una isla desierta durante una larga temporada. Pues bien, ¿por qué los concursantes, tras varios días de ingerir el único alimento fácil de conseguir, el coco, lo “aborrecían” y les provocaba rechazo? De alguna manera, esta sensación desagradable les hacía esforzarse por conseguir más variedad de alimentos ya fuera pescando o buscando alimento en los alrededores, no conformándose a saciarse sólo a base de cocos. Esto ocurre debido al fenómeno conocido como “saciedad sensorial específica” que nos obliga, sin darnos cuenta, a asegurarnos una dieta variada en alimentos, una dieta nutritiva, sana y que, por ello una vez más, facilite nuestra supervivencia.
 
¿Qué denominador común hay en todos estos acontecimientos sociales: bodas, comuniones, bautizos, cumpleaños, noches románticas etc.? El denominador común es la comida, en todas ellas comemos. Comer no sólo es un hábito nutritivo, es un hábito social que nos une. Redd y De Castro (1992) demostraron que la ingesta de alimentos aumentaba en un 60% cuando los sujetos lo hacían en presencia de otros.
 
En definitiva, el ser humano es un organismo complejo, complicado y exquisito que ante nuestros ojos pasa inadvertido en el día a día, pero en el que todo, hasta lo más primario como es el hambre, forma parte de un engranaje perfecto que lucha para asegurar nuestra supervivencia, haciendo el paseo por esta vida, lo más cómodo posible.
 
 
Así que de nuevo, ¡qué aproveche!
 
Sandra Jarque
DPTO. DE PSICOLOGÍA
Fundación Virgen del Pueyo

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