Recordad que la piscina de la UNAR es terapéutica, y no climatizada. La característica principal que las diferencia es la temperatura del agua, siendo mayor en la terapéutica, además de otras características como los accesos a la piscina.
Una temperatura del agua superior a los 33º permite, en sí misma, la relajación de los músculos y proporciona una sensación “sedante”, favoreciendo el desarrollo de ejercicios pasivos. Al sumergirse en el agua caliente, la sangre se calienta y ésta alcanza la musculatura, elevando también su temperatura, de esta forma ésta se contrae más fácilmente y con una mayor potencia. Además, encontramos la ventaja de que el calor es mantenido a la misma temperatura durante todo el período de tiempo que dure el ejercicio. También esto ayuda a que los músculos se fatiguen más lentamente.
El agua caliente es especialmente útil en el tratamiento de ciertas patologías y lesiones. También sirve para relajar la musculatura y ayuda a disminuir la activación fisiológica, relacionada de forma directa con los problemas de ansiedad.
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