Los profesionales de Trauma Aragón http://www.traumaaragon.com/, del Instituto Avanzado de Psicología Integral (IAPI) www.iapi.es y de Los Pueyos http://fundacionvirgendelpueyo.blogspot.com.es/ se unen para formar un equipo multidisciplinar destinado a la prevención, el desarrollo, la intervención y rehabilitación integral de personas con diferentes trastornos, enfermedades o lesiones, así como a la atención de sus familiares y cuidadores.


martes, 31 de marzo de 2015

DISCAPACIDAD INTELECTUAL EN LA EDAD ADULTA

Cuando todo se atribuye al “retraso mental”

El concepto de Retraso Mental (RM) parte de la Medicina, concretamente de la Psiquiatría, y queda incluido dentro de los Trastornos Mentales según el DSM y la CIE, sin dejar claro que el RM no es un trastorno en sí mismo ni una enfermedad, a pesar de que éste haya podido ser consecuencia de una enfermedad.
 
Las capacidades cognitivas del niño o adolescente pueden fluctuar durante el desarrollo cerebral en función de diferentes variables (etiología de la alteración, estimulación recibida, medicación, evolución, etc.), pero en la etapa adulta, una vez que estas capacidades han alcanzado su máximo potencial, se puede decir que el RM es un estado permanente.  
 
 
 
La aparición de síntomas cognitivos, conductuales, signos neurológicos o enfermedades, no son atribuibles al RM, en todo caso, a las características cerebrales resultantes de una alteración (de etiología metabólica, infecciosa, cromosómica o un trauma perinatal, etc.) que se produjo en algún momento del desarrollo cerebral y que provocó el RM.
 
Sin embargo, muchos profesionales sanitarios atribuyen gran parte de los problemas de las personas con Discapacidad Intelectual a su RM, sin hacer un diagnóstico diferencial, y por lo tanto, sin llegar al origen del problema. Si en las personas adultas con grados de discapacidad moderados o altos, encontramos además una etiología desconocida, aparición de trastornos de conducta o síntomas psiquiátricos, mayor es la situación de desenfoque diagnóstico.
 
El resultado de esto genera, con frecuencia, la instauración de tratamientos con psicofármacos sin pruebas médicas previas, por lo tanto carentes de fundamento biológico (estructural o dinámico) y consecuentemente inadecuados o excesivos, con aparición de efectos secundarios e intervenciones innecesarias y nefastas.
 
La ausencia de estudios acerca del envejecimiento de las personas con Discapacidad Intelectual supone un gran desconcierto ante los cambios cognitivos y conductuales que puedan darse en esta población con la edad. Cabe destacar que tienen mayor probabilidad de sufrir enfermedades neurodegenerativas, ACV o demencias que la población sin discapacidad, ya que generalmente, durante toda su etapa evolutiva, estas personas presentan una mayor prevalencia de problemas de salud relacionados con el sistema nervioso, entre otros.
 
Debido a estos últimos aspectos, se hace fundamental un adecuado abordaje a este tipo de población en toda su etapa evolutiva, con un establecimiento de sistemas de alerta que ayuden a identificar las conductas extemporáneas y a averiguar las causas de éstas, y así poder proporcionar en todo momento el tratamiento más adecuado.

Los conocimientos en Neuropsicología resultan cada vez más necesarios para la adecuada diferenciación y detección de signos neurológicos, síntomas de la esfera cognitiva y trastornos de conducta, así como para una  intervención eficaz. 
 

María Guerrero
Psicóloga Sanitaria y Neuropsicológa
FUNDACIÓN VIRGEN DEL PUEYO 

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