Los profesionales de Trauma Aragón http://www.traumaaragon.com/, del Instituto Avanzado de Psicología Integral (IAPI) www.iapi.es y de Los Pueyos http://fundacionvirgendelpueyo.blogspot.com.es/ se unen para formar un equipo multidisciplinar destinado a la prevención, el desarrollo, la intervención y rehabilitación integral de personas con diferentes trastornos, enfermedades o lesiones, así como a la atención de sus familiares y cuidadores.


viernes, 13 de noviembre de 2015

¿QUÉ ES REALMENTE EL ESTRÉS?

Una mayoría de personas hablan del estrés como algo negativo. El sentimiento de "qué agobiado estoy" es, probablemente, uno de los más cotidianos y el más asociado al estrés. ¿Quién no se ha sentido "agobiado" alguna vez?. El agobio es una respuesta emocional que surge cuando percibimos una situación como estresante y realmente se trata de una emoción negativa.
 
Para sorpresa de muchos, el estrés es un proceso altamente positivo que nos permite adaptarnos a las exigencias de los diferentes escenarios en los que nos movemos. Conocemos lo que Darwin pensaba de cómo las emociones han ayudado a los hombres durante millones de años a sobrevivir en el medio que les rodea. El lloro de un bebé probablemente manifiesta hambre, incomodidad o demanda de compañía, también adivinamos que cuando llegamos a casa y nuestra pareja está sonriente probablemente tiene una buena noticia que darnos, si en cambio tiene un gesto de enfado, quizás se nos ha olvidado comprar aquello que nos pidió. La expresión de las emociones es, además, un regulador de nuestras interacciones con los demás.
 
¿Pero, es lo mismo el estrés y la ansiedad? Seguramente, muchas personas hablarán de su ansiedad o de su estrés de forma indistinta, pero esto es un error que debemos corregir. A diferencia de la ansiedad, el estrés no es una emoción o un sentimiento. El estrés es un proceso psicológico que pasa por diversas fases y que se desencadena en el momento en que nos encontramos ante una demanda, bien sea interna (pensamientos o ideas que podamos tener respecto a algo) o bien externa (situaciones), ante la cual necesitamos dar una respuesta de afrontamiento, que pone en marcha toda una serie de recursos tanto fisiológicos como psicológicos.
 
Por ejemplo, ante un gran tránsito de vehículos podemos pensar "voy a llegar tarde" y este pensamiento pone a nuestra disposición todo un mecanismo de tensión muscular y rapidez para correr más, y agudeza de reflejos para emprender otro recorrido distinto al habitual. Todo ese proceso de activación que hemos llevado a cabo para conseguir nuestro objetivo ha conseguido que pensáramos en darnos prisa o en coger un camino  más corto, la activación fisiológica como la aceleración del corazón también nos ha permitido realizar dicha conducta y hacer frente a la situación. Si llegamos puntuales o menos tarde de lo que creíamos, habremos afrontado exitosamente la situación y aceptaremos que cierto estrés es imprescindible para nuestra vida cotidiana.
 
El estrés es una respuesta general de nuestro organismo, que nos permite afrontar todo tipo de situaciones utilizando nuestros propios recursos de forma adecuada. Estamos ante una respuesta adaptativa que permite nuestra supervivencia. Pero ¿qué ocurre cuando nos vemos expuestos a un exceso de estrés?, este exceso puede deberse, por un lado, a la exposición a múltiples o muy importantes situaciones estresantes y, por otro lado, a la falta de recursos apropiados para hacerlos frente. Cuando esto ocurre nuestro organismo no puede hacer frente al estrés de forma adecuada, aparece la ansiedad y el proceso se vuelve desadaptativo.
 
 
La emoción más importante dentro del estrés es la ansiedad, al igual que el resto de las emociones, ésta se manifiesta mediante respuestas diferentes, como pensamientos, ideas o imágenes, también como incremento de activación fisiológica como el ritmo cardíaco y la sudoración, en ocasiones con oportunistas dolores de cabeza, musculares o estomacales, y también  como conductas de tipo motor, gesticulación, morderse las uñas o tocarse el pelo.
 
Cada persona presenta diferentes reacciones ante la ansiedad en función de las características personales, se trata de estilos aprendidos desde niños a través de nuestro entorno más cercano, generalmente, la familia. Este aprendizaje va forjando nuestras características de personalidad y a su vez, conlleva la adquisición y entrenamiento de los recursos personales frente a las situaciones, que formarán parte de nuestro repertorio de habilidades y estrategias. En ocasiones, la ansiedad no viene por un exceso real de estrés, sino por la percepción que nosotros tenemos de ese estrés. Puede que incluso tengamos los recursos necesarios para hacerle frente pero ignoremos cómo utilizarlos. La Psicología se ha ocupado del estrés centrándose en la percepción e interpretación que hacemos de las situaciones mediante nuestros pensamientos y emociones, así como de la falta de habilidad para utilizar adecuadamente los recursos que poseemos.

 
BERTA GUERRERO
PSICÓLOGA SANITARIA

 

 

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