El
estrés en el ámbito laboral es uno de los más estudiados, puesto que abarca
gran parte del tiempo diario de una persona. El estrés laboral puede entenderse como exigencias procedentes del entorno
(trabajo, familia, …) o de uno mismo, que exceden la capacidad percibida de la
persona para afrontarlas. En este tipo de estrés, que puede padecer cualquier
trabajador o ama de casa, intervienen aspectos físicos y de organización, así
una buena distribución del trabajo diario de la empresa, grande o pequeña, o del
propio hogar, eliminará una fuente importante de estrés y aspectos sociales
como habilidades comunicativas y de relación, que nos va a ayudar a reducir
nuestro estrés. Todo ello influirá en el clima que se cree en la empresa,
principio básico de calidad y por tanto de salud.
Un cambio o la novedad de
una situación nos hace disparar nuestro mecanismo de alerta para afrontar
nuevos objetivos. La falta de información o la incertidumbre nos provoca
inseguridad. En ocasiones, se dan problemas con el rol, debido a su ambigüedad
o por conflictos entre los roles, cuando éstos no están bien definidos como
puede ocurrir en algún mando intermedio, nuestra respuesta al estrés puede
generarnos una fuerte carga de ansiedad. Cabe añadir que el estrés puede
deberse tanto al exceso de trabajo como al hecho de no tener nada que hacer.
Sin embargo, sobre todas estas situaciones destaca la vivencia de cada persona,
muchas veces el trabajo se convierte en un exceso de estrés por cómo lo vive la
persona, por su valoración de la situación.
El
resultado final del estrés no resuelto en el trabajo da lugar a una sensación
de incapacidad para llevar a cabo nuestros objetivos, es lo que el psicólogo H.
J. Freudenberger acuñó en 1974 como Burnout
o "estar quemado en el trabajo", para referirse a una forma específica
de estrés padecida por trabajadores de profesiones asistenciales en contacto
directo con las personas. El Burnout
es una respuesta inadecuada ante un estrés emocional crónico, caracteriza por
el desgaste o cansancio emocional, por la despersonalización que hace que la
persona tome una actitud fría y distante ante los demás, y por el sentimiento
de incompetencia o inadecuación personal cuando se tiene la sensación de que
las demandas superan la propia capacidad o por todo lo contrario. Las consecuencias
que el Burnout produce se reflejan en
un agotamiento de las reservas de energía, una menor resistencia a las
enfermedades, un aumento de la insatisfacción y el pesimismo, y, un aumento del
absentismo y de la ineficacia en el trabajo.
La
Psicología de la Salud se ha centrado de forma muy especial en el estudio del
estrés laboral debido a su directa relación con las denominadas enfermedades
psicofisiológicas o psicosomáticas. La intervención de la psicología en este
campo se dirige a la reducción de los síntomas fisiológicos mediante técnicas
de respiración y relajación, a la modificación de los pensamientos para una
interpretación adecuada de la realidad mediante técnicas de reestructuración
cognitiva, a mejorar el enfrentamiento a los problemas mediante técnicas de
solución de problemas, a mejorar las habilidades sociales para conseguir unas
relaciones personales más satisfactorias. En definitiva, su objetivo es
entrenar a las personas con estrés laboral o con síndrome de burnout en estrategias para el manejo y
el afrontamiento del estrés.
Una buena forma de empezar a
reducir los niveles de ansiedad es fomentar una buena relación trabajo-familia.
Ambos ámbitos de nuestra vida están muy ligados, por ejemplo, acontecimientos
tales como el nacimiento de un hijo o una pérdida familiar, provocan un estado
de estrés en nosotros que no podemos separar del ámbito laboral. También ocurre
al revés, un ascenso o un descenso en el trabajo o un suspenso de sueldo, son
situaciones estresantes que muy probablemente repercutirán en nuestra vida
familiar. Pero nuestras relaciones personales no siempre son fuente de estrés,
en muchas ocasiones suponen un importante apoyo social para nosotros. Las
relaciones personales en el trabajo y fuera de él son un elemento importante
del ambiente en el que se desenvuelve una persona y en el que desarrollar su
trabajo, por ello, se convierte en una fuente potencial de estrés, sin embargo,
esas relaciones son también la causa y el origen de la satisfacción laboral,
uno de los aspectos más deseados del mismo e incluso uno de los fenómenos que
más contribuye a disminuir el estrés o a amortiguar sus consecuencias.
Es
necesaria la desconexión, es decir, aprender a dejar los problemas del trabajo
una vez finalizada la jornada laboral y aprender a dejar los problemas
familiares cuando nos dirigimos al ámbito laboral. Generalmente, nuestro tiempo
libre es el espacio más problemático y en el que menos se cumple la regla de la
desconexión. Existen numerosas actividades que permiten dicha desconexión, se
debe cuidar el tiempo de ocio realizando actividades que generen satisfacción y
sirvan de evasión de la vida laboral, así mismo se deben fomentar las
relaciones sociales fuera del trabajo, con amigos o familiares por ejemplo. La
realización del ejercicio físico ayuda a la reducción de los síntomas
fisiológicos de la ansiedad, reduce por tanto nuestros niveles de ansiedad.
En definitiva, se trata de
armonizar tensiones, emociones y necesidades para asegurar el bienestar físico
y psicológico.
BERTA
GUERRERO
PSICÓLOGA SANITARIA
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