Los profesionales de Trauma Aragón http://www.traumaaragon.com/, del Instituto Avanzado de Psicología Integral (IAPI) www.iapi.es y de Los Pueyos http://fundacionvirgendelpueyo.blogspot.com.es/ se unen para formar un equipo multidisciplinar destinado a la prevención, el desarrollo, la intervención y rehabilitación integral de personas con diferentes trastornos, enfermedades o lesiones, así como a la atención de sus familiares y cuidadores.


viernes, 8 de enero de 2016

UN SUEÑO PLACENTERO, TAMBIÉN ES SALUD

“El arte del descanso es una parte del arte de trabajar”
John Steinbeck
El sueño es uno de los procesos fundamentales para nuestro organismo, ya que le permite restablecer el equilibrio necesario para seguir funcionando adecuadamente. Sin embargo, para que el sueño sea verdaderamente eficaz y permita al organismo llevar a cabo esta recuperación, ha de ser suficiente tanto en cantidad como en calidad. Por tanto, es imprescindible un buen descanso nocturno, tanto en adultos como en niños. En los más pequeños el descanso cobra todavía mayor importancia, pues se encuentran en periodo de desarrollo y es durante la fase de sueño profundo cuando se segrega de forma más constante y en mayor cantidad la hormona de crecimiento.
 
Dormir placenteramente es uno de los puntos vitales para estar sanos, activos e interactivos al despertar al día siguiente. Cuando no descansamos lo suficiente, notamos al levantarnos que no nos encontramos bien, y esto condiciona por completo nuestra jornada en todos los aspectos: laboral, social, físico, emocional… Pero más allá de “tener un mal día” por no haber dormido bien, en ocasiones podemos pasar días, semanas, incluso largas temporadas sin descansar adecuadamente, y esto puede llegar a tener grandes repercusiones en nuestra vida. Si esto ocurre, está claro que algo está fallando en nuestro proceso de sueño, por lo que deberemos resolver este problema de forma prioritaria, sabiendo que muchas otras cosas dependen de él.
Las causas de un mal descanso nocturno pueden ser muchas, y muy diversas. No obstante, también hay muchas cosas que podemos hacer por mejorar la calidad de nuestro sueño, siempre que no se trate de una patología del sueño instaurada, la cual requerirá un diagnóstico, tratamiento y seguimiento médicos.
¿Qué puedes hacer?
·         Elige el colchón y la almohada adecuados. Se recomienda utilizar un colchón de firmeza media (ni demasiado duro, ni demasiado blando), que permita que el cuerpo descanse en posición neutra, sin adoptar posturas forzadas o hundirse en exceso. La elección de la almohada depende mucho de la estructura de la columna cervical de cada persona, por eso es importante probarla antes de adquirirla, y asegurarse de que la cabeza reposa relajada sobre ella y permanece alienada con el tronco, sin provocar molestias ni dolores
Lo ideal es cambiar de colchón cada 8-10 años, y de almohada cada 1-2 años, dependiendo de la resistencia del material al paso del tiempo.
·         Adopta una postura cómoda al acostarte, tratando de evitar la posición “boca abajo”, que puede ser muy lesiva para la columna ya que obliga a girar el cuello para apoyar la cabeza sobre la almohada.
·         Crea una rutina de sueño, de forma que te acuestes siempre alrededor de la misma hora, sobre todo si tienes una hora fija para despertar, por ejemplo, para ir a trabajar cada mañana.
·         Trata de dormir unas 7-8 horas cada día, y si tienes dificultad para coger el sueño, acuéstate un poco antes para que puedas descansar lo suficiente.
·         Mantén una higiene adecuada tanto propia como del colchón y la ropa de cama. Es recomendable aspirar el colchón de vez en cuando y cambiar la ropa de cama semanalmente. También, acostarte aseado favorecerá tu bienestar durante el descanso nocturno.
·         Evita cenas copiosas y en horario próximo al de acostarte. Al acostarnos tras cenar mucho y/o demasiado tarde, dado que el cuerpo está en posición horizontal, la digestión se enlentece por falta de la acción de la gravedad. Pueden aparecer molestias, problemas gástricos durante la noche o a la mañana siguiente, y además, se favorece la aparición de pesadillas.
·         Evita consumir bebidas energéticas o estimulantes y fumar antes de dormir. Los refrescos con cafeína, el café, o el té favorecen la activación del organismo, justo el proceso contrario al que buscamos con el descanso nocturno, por tanto no es recomendable su abuso, ni su ingesta antes de dormir. La nicotina del tabaco, también es un factor excitante que dificultará el sueño.
·         Crea un ambiente agradable en tu habitación, sin luz ni ruido, y a una temperatura media. Tanto la luz (lámparas, luz procedente de la calle…) como el ruido (música, televisión encendida…) nos estimulan favoreciendo que estemos en vela. El exceso de calor o de frío en la habitación, va a influir en nuestra respiración y por tanto dificulta el sueño.
·         Utiliza ropa cómoda para dormir y para taparte. No son recomendables los pijamas de tejidos poco transpirables y los edredones o mantas demasiado pesados, o que no cubran la totalidad del colchón.
·         Realiza una actividad física durante el día, con suficiente antelación al momento de dormir. Aunque inicialmente se trata de una actividad excitante para el organismo, pasadas las horas favorece el descanso placentero.

Pilar García Cánovas
Fisioterapeuta

 

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