¿Influye en
nuestro comportamiento lo que los demás creen de nosotros?
El efecto Pigmalión tiene su origen en un mito griego. Un escultor, llamado Pigmalión, se enamoró de una de sus creaciones, una escultura de mujer a la que llamó Galatea. Tal fue su pasión por la escultura, que la trataba como si estuviera viva. El mito cuenta que Afrodita dio vida a Galatea, al ver el amor que Pigmalión sentía por ella.
El
“efecto
Pigmalión”, en Psicología, se conoce también como “profecía
autocumplida”, y hace referencia al hecho de que cuando alguien tiene
una creencia firme respecto algo, existen muchas probabilidades de que se
cumpla.
Esto
quedó confirmado tras el experimento de dos psicólogos, Rosenthal y Jacobson,
en 1968. Este experimento consistió en lo siguiente: ambos psicólogos acudieron
a un colegio para realizar unas pruebas de inteligencia a los alumnos de un
curso. Posteriormente, avisaron a los profesores de que habían dividido a los
alumnos en dos clases, en una estaban los alumnos más brillantes (clase 1) y en
la otra los que peor puntuaciones habían obtenido en las pruebas (clase 2). A
final de curso, la clase 1, con los alumnos más brillantes, obtuvieron unas
calificaciones muy altas, especialmente comparándolas con las de la clase 2.
La
hipótesis del experimento era la siguiente: SI a profesores se
les hacía creer en el potencial de sus alumnos, ENTONCES esa creencia influía
en el trato que dirigían a los mismos y éstos obtenían los resultados que los
profesores esperaban, cumpliendo las expectativas creadas. Esta hipótesis
quedó confirmada, puesto que en el experimento la división de los alumnos en
clase 1 y clase 2 se había realizado al azar. Esto significa que las
calificaciones se correspondían con las expectativas de los profesores, y no
con las puntuaciones de las pruebas de inteligencia.
En
conclusión, lo que pensamos de las personas que tenemos alrededor tiende a
cumplirse, por tanto, se necesitan expectativas
constructivas que permitan a todo el mundo sacar lo más brillante de sí
mismos, y desechar las negativas, ya que éstas les pueden llevar a la pérdida
del desarrollo de su potencial.
Es
bueno pensar que toda persona puede crecer.
María
Guerrero
PSICÓLOGA
SANITARIA
Dpto.
de Psicología
Fundación
Virgen del Pueyo
0 comentarios :
Publicar un comentario